viernes, 22 de agosto de 2014

AL RITMO DEL TUMBE CARNAVAL


La danza  emblema de los grupos de baile afrodescendientes de Arica es el llamado “TUMBE CARNAVAL” O “TUMBA CARNAVAL”.  El origen de este baile se remonta a antiguas celebraciones de carnaval que se realizaban   en el Valle de Azapa,  ya hace más de treinta años.

Los recuerdos orales de los abuelos, que presenciaban este baile realizado generalmente en grupos de familia cuentan  de   él:

“Lo que más me gustaba era el \'Tumba Carnaval\' que consistía en ir con bombo, una quijada y una guitarra bailando en ronda entre hombres y mujeres, la mujer se hacía la difícil, mientras el hombre la coqueteaba haciéndole desprecios, pero a su vez bailando y cantando algunos versos que eran como payas, uno de los versos que recuerdo decía
¡Carnaval quisiste tumbar y tumbai tai las mujeres tienes y no me quieres dar!
En el cerro Lluta baja don Pascual con la soga al cuello queriéndose ahorcar-.
Y los bailarines al terminar la estrofa cantaban a coro ¡“Tumba Carnavaaaaal”! era el grito que señalaba que la mujer tumbara de un culazo al hombre como una señal de que dejara de molestarla todo esto en una sana alegría. Por la noche en alguna ocasión nos acompañaba el conjunto de los hermanos Quintana donde se bailaba cha, cha, cha, valses peruanos y corridos.”
(Recuerdos de doña Julia Corvacho Ugarte) (Q.E.P.D)
Armábamos el baile con lo que tuviéramos a mano, generalmente guitarra, congas o cajón peruano, y el  ritmo lo marcaban con una quijada de burro,  o si no  hacíamos el ritmo con cajones o tambores vacíos aceituneros. Se cantaban coplas  divertidas y se hacía como un ruedo, donde bailábamos hombres y mujeres. Una copla decía: Bailemos, cantemos sobre esta granada, hasta que reviente agua colorada, y al terminar se cantaba “!Tumbaaa!,  para que  con un golpe de cadera  la mujer tratara de botar o “tumbar” al compañero. Eran fiestas familiares muy alegres y divertidas. Se bailaba en círculos, así que le llamábamos “La Ronda del Tumba Carnaval”. (Abuelo de la Familia Corvacho).

El tumbe es la principal manifestación cultural de los afroariqueños. El historiador Alfredo Wormald Cruz escribió al respecto: "Los antiguos habitantes de Arica recuerdan el entusiasmo con que los negros celebraban sus fiestas, en especial el carnaval. Comparsas interminables recorrían las calles principales, cantando y bailando al son de bandas que, para esa oportunidad, no contaban con más instrumentos que un bombo y matracas hechas con quijadas de burro, que sólo servían para marcar el ritmo).
Don Jorge Llerena, un moreno azapeño, bailó la tumba en su niñez: “Era un baile muy bonito, divertido. Si tú estabas distraído, ¡¡¡pafff!!! Te daban un potazo y te caías al suelo. Todo el mundo reía. Era una especie de competencia. En ocasiones lo bailaban en parejas alrededor de un círculo de gente. Y movían las caderas para allá y para acá, tratando de botar al contrario. Lo bailábamos para carnaval”.
Los   instrumentos tradicionales para acompañar el “Tumbe” son el Bombo y la quijada. El primero es un membráfono de madera, construido con duelas, lleva en su interior una masa hecha de cola y aserrín, y por la parte externa se sujetan las maderas con zunchos. Se le coloca una membrana animal (cuero de res o de chivo), la que se templa mediante  la acción del fuego. Por lo general las comparsas actuales usan dos tipos: el  bombo de sonido grave, y el repique de sonido agudo.

La quijada de burro, es el instrumento tradicional  consistente en el maxilar inferior  del burro  al que se le hierve  y se le sueltan los dientes. Este instrumento se golpea con la mano para llevar el ritmo.


En la actualidad junto con estos instrumentos tradicionales, se utilizan por las Comparsas afroariqueñas, el  Güiro, la campana o cencerro, y el Shekeré.

Con el tiempo, los ritmos modernos, y los cambios de hábitos de los afrodescendientes, especialmente de las generaciones jóvenes, hicieron que el tumbe tradicional se fuera apagando, hasta casi desparecer.

Sin embargo, la  ONG ORO NEGRO, consciente de la necesidad de recuperar las antiguas tradiciones, crea mediante un Proyecto 161646 del  Fondart, en Julio del año 2002, un “Grupo de Danzas y Música Negra, para rescatar, mediante la recreación artística, las tradiciones culturales de los afrodescendientes ariqueños-

 Mediante este proyecto, investigadores y músicos de la ONG recuperaron de las tradiciones de los abuelos, la esencia del “Tumbe Carnaval”, a  la cual se le crearon nuevas coreografías, diseñadas por los mismos integrantes, como los pasos de “raima, machete, aceituna, etc. De esta forma, la recién creada “COMPARSA ONG ORO NEGRO” salió a las calles de Arica, después de más de treinta años, el día de Pascua de Negros, 6 de Enero del año 2003, por el antiguo barrio negro “Lumbanga” llevando el ritmo y sabor de la música de los abuelos.

Desde esa fecha, el Tumbe Carnaval se ha hecho popular en la comunidad de Arica, que identifica con simpatía y aplaude el ritmo cadencioso y alegre del Baile afro ariqueño.

Algunas coplas antiguas con que se acompañaban las danzas:

Por el cerro Lluta
Baja Don Pascual
Con la soga al cuello
Queriéndose ahorcar.
¡Tumba Carnaval!

Cantemos, bailemos
Sobre esta granada,
Hasta que reviente
Agua colorada
¡Tumba Carnaval!

Estos Carnavales
Quien los inventaría
Fue el negro Corvacho
Negro e ‘porquería
¡Tumba Carnaval!

Carnaval de Azapa
¡Tumba Carnaval!
Carnaval de Lluta
¡Tumba Carnaval!
Jijuna gran puta
¡Tumba Carnaval!

Carnaval quisiste tumbar
Y tumba y tai
Las mujeres tienes
Y no me quieres dar
¡Tumba Carnaval!

Bibliografía:

FRONTERA NORTE.   Alfredo Wormald C.
ORO NEGRO.               Gustavo Del Canto L.
AFROCHILENOS,
UNA HISTORIA
OCULTA..                      Marta Salgado H.,



                              







viernes, 1 de agosto de 2014

UN POCO DE HISTORIA DE LOS AFROARIQUEÑOS.



Cuando Francisco Pizarro  entregó en encomienda a Lucas Martínez Vegazo  el inmenso territorio en el cual está inserto Arica, consta que los pueblos originarios que se encontraban en la zona habitaban los valles de Azapa y Lluta, además de los indios pescadores  del   litoral. Estos pueblos estaban compuestos por camanchacas, carangas y lupacas. Muchos eran “mitimaes” que de acuerdo a la política del Inca eran trasladados a puntos distantes de sus lugares de origen.

Con los conquistadores llegan a Arica,  los primeros esclavizados africanos, por lo que ya en 1565, el encomendero citado deja en su testamento, varios  negros  que se desempeñaban en quehaceres como  domésticas, o caballerizos.
Los esclavizados africanos provenían de distintas regiones .Las principales eran Senegal, Guinea y Sierra Leona, lugar de origen de mandingas y golofos, entre otros. Una segunda zona estaba  comprendida entre Sierra Leona y Nigeria  y fue la tierra ancestral de minas, ararás y carabalís.Y una tercera  región eran Congo y Angola, cuyos pueblos fueron conocidos como congos, angolas y malembas.

Es muy poca la documentación que pueda informar de los lugares exactos,pueblos o aldeas de dónde venían los esclavizados que  arribaron a Arica; sin embargo, en  algunos documentos judiciales o de venta, se mencionan “nación Guinea” ”casta congo” o “casta angola”.La mayoría de ellos ingresaba  por el puerto del Callao, pero algunos, como consta en las crónicas, venían en una larga travesía desde Buenos Aires.
Para 1661 en la hacienda del famoso vecino Gaspar de Oviedo, se contaba  alrededor  de veinte “piezas”  llevando como apellidos Biafara, Congo y Angola.

Con la enorme actividad comercial que se originó con las minas de plata del cerro rico de Potosí, es muy probable que se haya acrecentado la llegada de más esclavizados, aparte de los internados por la vía legal. El contrabando se hacía a gran escala a través de los llamados “navíos de arribada” cuya “mercancía” humana era comercializada sin pagar los tributos al rey.
El precio de un esclavizado en la región de Arica y Sama por el 1600 era de unos  540 pesos, variando obviamente según su edad, sexo, condiciones físicas o enfermedades.

Constan en las crónicas que por no haber oficio de pregonero en el Corregimiento de Arica, los Oficiales reales contrataban a   algún “negro” para este oficio, que  era asalariado, como el caso de “Juan Pablo, negro ladino en lengua  española”. Como escribía el Marqués de Montesclaros, Virrey del Perú “La falta que hay en estas provincias, de servicio, por las razones que hemos dicho, obliga que generalmente sea todo de negros”.

Una de las razones del aumento de la población afro en la zona fue la resistencia de los esclavizados a las enfermedades endémicas  tan frecuentes en esos tiempos, como  el paludismo. Tanto había crecido esta población que ya en 1609, los oficiales reales consultaban a sus superiores si debían empadronar a los cuarterones en las disposiciones  reales. Para que hubiera cuarterones en esa fecha, tenían obligadamente que haber llegado  en los primeros tiempos de la conquista y la colonización. Muchos de los que llegaron fueron adquiriendo su libertad  y establecieron actividades  privadas, como consta de los tributos que  pagaban por el año 1612 los mulatos y  “negros horros” (horros eran aquellos que habían obtenido su libertad a través de la llamada carta de horrìa).

El francés Frezier narra en sus crónicas que en Arica, las devastaciones producidas por los temblores  que destruían la ciudad hacía que esta se compusiera de unas ciento cincuenta familias mayormente de negros, mulatos e indios, y pocos blancos.
Arica en muchas ocasiones fue atacada por los piratas. Un caso notable fue el  desembarco del famoso  corsario inglés Bartolomé Sharp en  1681, quien se encontró con la denodada defensa del  vecino de Arica don Gaspar de Oviedo, quien a la cabeza de los pobladores venció a los invasores, dando muerte a Watling, segundo de Sharp y a muchos  piratas, y apresando a otros que fueron enviados a Lima, donde los ahorcaron. Sharp salvó al darse cuenta de la resistencia de los ariqueños, refugiándose en sus naves. Entre las milicias defensoras de la villa de Arica, había dos  Compañías de mulatos  y morenos libres, comandadas por Blas de Lerga y Nicolas Núñez éstos presumiblemente, españoles.

En Arica se practicaron en tiempos coloniales diversos censos, En 1614 el Virrey Marqués de Montesclaros, ordenó levantar uno, aunque carente de rigurosidad. Para Arica menciona  que había  410 españoles, y 1200 negros entre esclavos y libres, de diferentes castas .No menciona a los indígenas.
Una estadística, de 1792  menciona que en la ciudad de Arica, habían 140 españoles, 118 mestizos y 691 gente “de color” entre libres y esclavizados.

En  1813, en  un censo efectuado  al final del Virreinato, aparecen como habitantes de Arica, un porcentaje superior al 70% de afrodescendientes, catalogados en las curiosas denominaciones de mulatos, negros, pardos, cuarterones, quinterones, zambos y quintanillas.
Ya en el período republicano, se levantó el censo de   1846,el que agrupó a los habitantes en diversas categorías; la española  representaba el 16%  de la población, la indígena y mestiza un 22%;los afrodescendientes  eran un 50,8% encuadrados en las categorías de mulatos, mulatillos, negros, pardos, zambos y cuarterones,

Un estudio más completo se confeccionó en el período republicano, censo de 1871, sólo nueve años antes que la zona fuera incorporada al territorio Chileno.
Este censo es bastante detallado, y da como total de habitantes la cantidad de 7.835 personas, de las cuales son clasificadas como “negros”  1.459, lo que representa un  18,6%. De esta cantidad, la mayoría vivía en la ciudad de Arica, 871 personas,  constituyendo un   60,6% de la población afro, el resto, se repartía en los valles del interior.

Este Censo entra en detalles de los sectores de la ciudad en que moraban los afrodescendientes, siendo el más importante, el  “Del Hospital”, seguido del “Dos de Mayo” y “Alameda”. Curiosamente la mítica “Chimba” solamente agrupaba a 19 personas.
El censo  de 1871 señala que en los valles de Azapa y Lluta vivían 589 personas. Se detallan los lugares específicos donde residían, como Pago  de Buena Vista, de las Animas, de Azapa Grande, de Churiña, Huanta, Mollepampa, etc. Cabe señalar que la denominación “pago” era una subdivisión territorial peruana de los distritos, que comprendía poblados, comunidades y pagos. No tenía relación con transacciones de dinero.

Y llegamos al presente: Con la Encuesta Afro que hizo el INE en las comunas de Arica y Camarones, se ha establecido que del total de la población, un 4.7% se considera afrodescendiente, porcentaje que ponderado con los datos del Censo del 2002, da una cantidad de 8.415 personas. También  queda claro en este estudio, que  la mayoría de los afrodescendientes viven en la zona urbana, un 87,9% y solamente el 12,1% lo hace en las zonas rurales. Al igual que en los antiguos censos, de 1871 y 1846, queda totalmente demostrado que los afroariqueños habitaron principalmente en la ciudad puerto, y no en los valles, debido posiblemente a que en la zona urbana existían más posibilidades de trabajo en diversos oficios. Así lo señala el libro “Y llegaron con cadenas” (Alberto Díaz et.al,):”Esta información es importante, en tanto cuestiona la difundida idea de que los afrodescendientes habrían vivido especialmente en la zona rural (valles) ya que los antecedentes censales evidencian la predominancia de un asentamiento urbano de esta población””.

Un comentario final podemos hacer sobre el resultado de esta Encuesta, y es que la cantidad de afrodescendientes en la Región es, como dijimos de 8.415 personas estimadas.
Al respecto podemos comparar esta cifra con la que nos muestra el último Censo oficialmente aprobado, el del año 2002, que indica la cantidad de personas que se reconocen perteneciente a algún pueblo originario en  las comunas de Arica y Camarones: (Datos del Instituto Nacional de Estadísticas):
Aimara    :           23.899
Mapuche:              2.495
Atacameño:             477
Quechua:                340
Colla:                      157
Yámana                   44
Alacalufe                 38
Rapa Nui                 36

Afrodescendientes: 8.415, por tanto el  pueblo afrochileno en esta Región constituiría la segunda población de las denominadas etnias.
Aún más si comparamos esta cifra con la arrojada por el censo indicado, a nivel nacional, tendríamos que los afrochilenos contados solamente en esta XV Región serían más numerosos que los alacalufes (2.622);los Colla 3.198;los quechua 6.175;los Rapa Nui 4.647; los Yámana 1.685.. Hay que hacer notar que los diaguitas reconocidos por Ley no tienen ninguna encuesta o censo oficial que indique el número de personas que componen ese pueblo.
Es por tanto un acto de justicia que el pueblo afrochileno considerado estos datos sea reconocido oficialmente por una Ley especial.

Fuentes:
 Y llegaron con cadenas....Alberto Díaz et al.
El corregimiento de Arica....Vicente Dagnino.
Instituto Nacional de Estadísticas.Censo 2002 etnias; censo 2002.Pertenencia pueblos Provincia de Arica.
Afrochilenos una historia oculta..Marta Salgado H.






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