domingo, 24 de julio de 2011

HOMENAJE DE LA ORGANIZACION NO GUBERNAMENTAL ORO NEGRO DE AFRODESCENDIENTES CHILENOS A LAS MUJERES AFRODESCENDIENTES EN EL CORREGIMIENTO DE ARICA,EN EL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER AFRO.

Basado en el trabajo de la investigadora Viviana Briones Valentín, “Mujeres afrodescendientes en el Corregimiento de Arica, Siglo XVIII, De un silencio negro a la batalla por la libertad”

La situación de la mujer esclavizada durante los años de coloniaje español, fue especialmente dura. Mirada como objeto o cosa, para la mayoría de los propósitos, sin embargo, en la relación con el amo varón, era común que sirviera como objeto sexual y se transformara en amante forzada y en madre muchas veces, de niños que venían a acrecentar el “patrimonio” del esclavista, puesto que al nacer eran registrados como propiedad del amo.

Estas relaciones, llevadas en la clandestinidad eran comunes, sin embargo cuando salían a la luz pública eran motivo de condena, dentro de los parámetros de la hipócrita sociedad colonial. Las mujeres esclavizadas, a veces trataban de manipular esa relación sexual con el fin de obtener alguna ventaja para ellas y sus hijos, especialmente la obtención de la libertad. Otras veces, forzadas por su condición, sufrían las consecuencias de la ira y la vejación de parte de la esposa del esclavista, que la maltrataba por cualquier motivo.

Si bien la Corona Española dispuso reglamentos y disposiciones legales que en teoría prohibían o regulaban el castigo a los esclavizados, estas eran muchas veces letra muerta, ya que el poder del amo y su relación con las autoridades hacía especialmente difícil que se escuchara el reclamo de la mujer, y en general los juicios no se fallaban en su beneficio.

Sin embargo, a pesar de todas estas circunstancias negativas, en muchos casos se ha podido observar la especial lucha que dieron muchas mujeres, por obtener, recurriendo a las vías legales, que se les reconociera el maltrato y se les diera la libertad, pidiendo a veces, ella cancelar el precio en que sería tasada, pagándolo con su trabajo, en otras defendiendo el derecho a que se reconociera a sus hijos el carácter de libres, cuando ellas ya habían conseguido esa condición.

La situación de los esclavizados no fue uniforme en todos los dominios españoles. Varió en el tiempo, y también según la región geográfica. En el Corregimiento de Arica, dependiente del Virreinato del Perú, que comprendía a Moquegua, Tacna, Sama, Arica, Pica y Tarapacá entre otros lugares, la investigación de los estudiosos ha podido encontrar numerosos casos de mujeres afrodescendientes que dieron la lucha por reclamar los pocos derechos que las leyes y ordenanzas reales le concedían.

Los argumentos de esta lucha se daban basados en las propias disposiciones reales. Así, se pedía la libertad para formar “un matrimonio cristiano”, “madre pide la libertad de su hija o hijo” “·Esposo pide la libertad de su esposa”. También se argumentaba el hecho de haber sido declarada libre en un testamento. Otra causa era haber sufrido “malos tratos por años”. Por ejemplo, en 1799 una zamba esclava de nombre Simona Menéndez, de 34 años, pide su libertad basada en los continuos malos tratos, diciendo además que cuatro hijos son del hijo de su amo, y que ha prometido por años darle la libertad a ella y a sus hijos. En 1741, otra esclava de nombre Francisca, de Tacna, alegaba que su amo había tenido “acceso carnal con ella” aprovechando su condición, lo cual le trajo las iras de su ama, que la golpeaba y azotaba, encontrándose incluso embarazada.

Como lo han señalado diversos autores, la esclavitud distorsionó con su práctica de abusos reiterados la vida sexual de las esclavizadas, ante lo que la pacata sociedad colonial inventó el mito de la “lujuria” de la negra. Al apoderarse totalmente de su persona, la esclavizada, además de ser un objeto de placer, se transforma en un “vientre generador” que proporcionaba más esclavos al amo. De esta forma se establecieron los llamados “criaderos de negros” que el historiador ariqueño Wormald sostiene existieron en el Valle de Lluta, en esta región, nombrándose algunos de los amos más conocidos, cuyos apellidos aún se encuentran en forma frecuente en los afroariqueños actuales.

El abuso en contra de la mujer esclavizada, además del sexual, era notorio en los malos tratos, vejaciones y agresiones físicas. En un caso fechado en 1717, una esclava de nombre Silberia Collazos, zamba de 20 años, de Tacna, recurre a la autoridad exponiendo que su ama la “aporrea” y le quema el rostro con “tizones de candela” por lo que pide a la justicia real que se disponga su venta a otro amo, ya que teme morir y “perder su alma” por los continuos malos tratos de su ama Josefa Cornejo.

Otra situación en la lucha de las esclavizadas consistió en alegar sus derechos cuando habían sido manumitidas por clausulas testamentarias. Algunos amos en instancias de muerte, decidían conceder la carta de horrìa a sus esclavizadas, a su fallecimiento. Sin embargo, los herederos frecuentemente se negaban a cumplir la última voluntad del amo, alegando diversos pretextos, por lo que era frecuente que tuvieran que recurrir por sus derechos .En 1776 una esclavizada de nombre María Oporto de 40 años, sostenía que su fallecido amo don Pablo Martínez de Oporto le había concedido la libertad en la cláusula testamentaria, a lo que se negaba su viuda, doña Polonia,. Consta en este caso, que a pesar de su tenaz lucha legal, la esclavizada continuó en su calidad de tal. En 1792 en Arica, dos negras de nombres Pascuala y Damiana, y un mulato llamado Santos, dieron la batalla legal para que se les reconociera su libertad incluyendo la de sus hijos.

También se dan los casos en que madres negras, ya en calidad de libres, siguen peleando por la libertad de sus hijos, que se mantienen esclavizados. En 1765, Antonia Cornejo, pide la libertad de su hijo, de 17 años, de nombre Manuel, ofreciendo pagar el valor de su tasación, el cual fue finalmente “comprado” por su madre en 450 pesos de la época. Cabe hacer presente que el jornal diario de un afrodescendiente libre era muy bajo, aunque más posibilidades de trabajo tenían las mujeres, como nodrizas, costureras o lavanderas. De todas formas, reunir un valor tan alto en esos años significaba años de ahorro y dura labor. Un caso significativo fue el de María Sánchez, mulata libre de Tacna, en 1708, quien exige la libertad de su hija de diez años, quien seguía en posesión de la ex ama de María, de nombre Isabel Sánchez .Finalmente consta en los archivos que este caso tuvo un final feliz, ya que la justicia concedió la libertad a la hija, previo pago de los 400 pesos en que fue tasada y avaluada. Muy distinto fue el caso de Bárbara de Arragoitìa, en 1742, quien tras una infructuosa lucha de largos años nunca pudo obtener la libertad a pesar de haber sostenido que su madre libre, había hecho “oblación” por ella en el remate efectuado a la muerta de su amo.

Notable fue el caso de las mujeres esclavizadas cuyos casos hemos mencionado y seguramente de muchas otras cosas que los archivos coloniales aun guardan. En una sociedad estratificada, machista, fuertemente discriminadora, la lucha de estas mujeres en demanda de su libertad o la de sus parientes, marca un indeleble sello en busca de la dignidad y los derechos humanos en esos lejanos tiempos.

Fuente: http://www.revistacienciasociales.cl/archivos/revista19/pdf/rcs19_1.pdf

1 comentario:

  1. Estimados:
    Junto con saludar, me presento.
    Mi nombre es Christopher Wilches, colombiano, residente en Chile desde 2002. Elaboro una cerveza artesanal llamada 575 (Cinco Siete Cinco) y estoy por lanzar a mercado el segundo estilo de esta cerveza, que corresponde al tipo Porter (cerveza negra) cuyo nombre será Piel de azapa en homenaje a la descendencia africana residente en nuestro país. Me gustaría poder presentarles esta cerveza y con ella apoyar a su fundación que al igual que yo, llevamos sangre negra por nuestro cuerpo. Reciban un cordial saludo desde Santiago.
    Atte, Christopher Wilches, celular: 9-0064223, email: christosw@gmail.com

    ResponderEliminar