miércoles, 16 de mayo de 2018

EL ORIGEN DEL TUMBE AFROARIQUEÑO.





Don José Olivares, profesor y escritor de las costumbres azapeñas, ya fallecido,  entrevistó en una ocasión a la mítica matriarca del Valle de Azapa, doña Julia Corvacho, sobre las diversiones y costumbres del Carnaval. Contaba doña Julia:
“Eran muy divertidos, se jugaba con agua, harina, y cuando se picaban corrían en busca del tizne de las ollas y se lo pasaban por la cara; como coincidía con la bajada del rio, las pozas de los olivos tenían agua achocolatada, la que era aprovechada por los más jóvenes,  para untarse con barro. El Carnavalón era desenterrado de un cerro que estaba ubicado frente a la casa y como su ropa estaba toda deteriorada por el tiempo, se le confeccionaba una tenida nueva. En esta fiesta participaba una viuda que lloraba amargamente al lado de “Ño Carnavalón”…..”Lo que más me gustaba  era el “Tumba Carnaval”, que consistía en ir con un bombo, una quijada y una guitarra bailando en ronda entre hombres y mujeres; la mujer se hacía la difícil, mientras el hombre la coqueteaba haciéndole desprecios, pero a su vez bailando y cantando algunos versos que eran como payas, uno de los versos que recuerdo decía: -Carnaval quisiste tumbar y tumba tai, las mujeres tienes y no me quieres dar.- En el cerro Lluta baja don Pascual con la soga al cuello queriéndose ahorcar. Y los bailarines al terminar la estrofa cantaban a coro: ¡Tumba Carnaval ! ,era el grito que señalaba que la mujer tumbara de un culazo al hombre como una señal que dejara de molestarla, todo esto en una sana alegría. Por la noche en alguna ocasión nos acompañaba el conjunto de los hermanos Quintana, donde se bailaba cha cha cha, valses peruanos y corridos””    


                         

Don Alfredo Wormald Cruz, conocido historiador ariqueño, narraba que por los años 30 las comparsas  de afroariqueños recorrían las calles al son de  bombos y quijadas de burros para marcar el ritmo y que con gran entusiasmo celebraban el Carnaval. Sin embargo, todo parece indicar que el ritmo del Tumbe se practicaba mucho más en el Valle que en la ciudad, ya que como bien lo ha contado doña Azeneth Báez y los recuerdos de su madre,  doña Francisca Ríos,  hoy fallecida,que además de la cueca y el Vals peruano, sé bailaba otro: “”Y, otro baile que no quiere mencionar, pero finalmente termina  entregando  algunos datos entre risas y ademanes  de vergüenza: Existía el Baile de la Lumbanga. Yo nunca lo bailé porque era muy niña pero me acuerdo que los mayores se ponían en círculo y comenzaban a golpearse cadera con cadera. Era pura percusión. Tocaban sobre una mesa un barril de aceituna o cualquier cosa….”
La melodía del Tumbe, a pesar de ser sencilla y fácil de entonar, posee un carácter de raigambre afroamericana al ser responsorial (sólo y coro) y mantener una rítmica sincopada en la segunda semifrase que contrasta con la primera.
                                   “Desde el cerro verde, baja don Pascual
                                    Con la soga al cuello, queriéndose ahorcar
                                      Vamos a la plaza que hay mucho que ver
                                       Un negro borracho sobre su mujer “”




El tumbe, como expresa Gustavo Del Canto,” es un baile y una música, entendiéndolo como  un todo integrado, cuya principal característica es el ritmo y la coreografía”  En los primeros años se usaba la quijada de burro o carraca, la cual por las dificultades para ser elaborada o comprada, fue siendo reemplazada por el guiro  y el shekeré; este último, aunque no es un instrumento afroariqueño, fue introducido por el integrante  Roberto Cereceda, como una novedad, elemento que pronto se hizo popular, y que hoy es usado ampliamente por todas las comparsas.









Al llevar la música y el baile del Tumbe a la ciudad, se tuvo que adecuar  al espacio urbano, y  para ser utilizado en pasacalles se elaboraron  o inventaron  coreografías que no se ocupaban en la antigua “Ronda de Tumbe Carnaval”. Así nacieron  los pasos de machete, algodón, raima, invocación y otros que aún se bailan. Fue el aporte creativo de Carolina Letelier y varias jóvenes de la época. Se mantiene  el caderazo, que es  el paso en que la mujer le paga al hombre para “tumbarlo” o “botarlo”







En la música  se ocupan dos membráfonos, el bombo  y el repique, acompañado de campana, güiro y sobre todo como en la actualidad se ha extendido el uso del Shekere.
Un antiguo afroariqueño  vecino del barrio Esmeralda conocido por ser  habitado por numerosas familias afro, es don Arturo Carrasco Cortes, quien tiene vívido el recuerdo de los antiguos carnavales ariqueños en que las comparsas llegaban a la plaza Colón, llevando el ritmo con tambores, palos y sonajeras, pasacalles que hacían para los Carnavales y la Pascua de Negros, perdiéndose la tradición por los años 50. Dice que con el Puerto Libre llegaron muchos habitantes del interior, y los carnavales empezaron a celebrarse con música andina.
                 
El Año 2002, la ONG ORO NEGRO, ejecutó un proyecto Fondart, con el cual se realizaron entrevistas a  personas  afrodescendientes de todas las edades, para rescatar datos históricos sobre las antiguas costumbres. En este trabajo, participaron entre otros, Gustavo Del Canto, Yoni Olis Larronda y Carolina Letelier Salgado.  El resultado de este proyecto fue la creación de la Comparsa Oro Negro, que el 6 de enero del año 2003, hizo un pasacalle por diversas calles de Arica, después de más de 30 años de ausencia. En esta agrupación estaban presentes miembros de las familias Salgado, Corvacho, Huerta, Ríos, Báez, Carbone y Quintana entre otras.

Yoni Olis Larronda, uno de los primeros creadores ha contado  el trabajo para hacer los instrumentos, al principio la idea fue confeccionarlos con los antiguos barriles aceituneros hechos de madera, pero en la práctica, por su peso y dimensiones, no eran adecuados. Se construyeron barriles más chicos, que se colgaban de ambos extremos, para llegar finalmente a los actuales, que  pueden ser  llevados con comodidad  por los músicos. La construcción de estos tambores afroariqueños es actualmente privilegio de solamente dos artesanos: el  mencionado Yoni Olis  y Francisco Piñones, quienes son los poseedores de los secretos del trabajo de artesanía de calidad y buena confección.

    

La primera Comparsa en salir a la vía pública  fue Oro Negro, como dijimos más arriba, el día de la Pascua de Negros del 2003. La agrupación no era muy grande, alrededor de una treintena  de personas, cuya  indumentaria  para los hombres fue un pantalón blanco con una polera amarilla, y para las mujeres, falda “hindú” con blusa de colores y turbantes en el pelo. Llevaba como emblema la bandera de colores amarillo, rojo, negro y verde, que según algunos reproducían los colores de muchos emblemas africanos;  en opinión de otros, el  amarillo es por el desierto, el verde por el valle de Azapa, el negro por la aceituna y el rojo por la sangre. El mismo año la Comparsa fue participante invitada del Carnaval con la fuerza del Sol, y del último Carnaval “Ginga” ariqueña.



Todas las actuales comparsas bailan el Tumbe o Tumba Carnaval. Con un sello propio, las agrupaciones  le dan un diferente  acento, y han agregado nuevos  pasos de bailes, representando otras labores antiguas, como lavanderas y labores de la pesca. Son seis en la actualidad las Comparsas afro de Arica: Oro Negro, Lumbanga, Arica Negro, Tumba Carnaval, Renacer Afro y Palenque Costero. Además existen varios grupos artísticos que han nacido bajo la influencia del Tumbe y que practican esta danza y otras: Alza Raza; Afro Raíces, De la Costa, Africa, Aluna Tambó, Los Morocos, Los Barrileros,Mixtura Negra.
Las Comparsas afroariqueñas participan en varios eventos públicos en la ciudad: la Pascua de Negros, el 6 de Enero, el Carnaval con la fuerza del sol, con la presencia actual de tres agrupaciones; algunas celebran la Víspera de San Juan, otra la Fiesta de San Pedro y San Pablo, además de sus aniversarios, presentaciones en escenarios y actividades fuera de la Región, como ha sido el Festival de los Mil Tambores, Pascua de Negros en Concepción, Carnaval de Tacna y de Iquique.

Pero lo más valioso es que el ritmo nacido en Arica, se ha ido extendiendo a otras regiones, siendo interpretado por numerosas comparsas  de Iquique, Santiago, Concepción, Puerto Montt  entre otras varias. Y es muy importante que la mayoría de las agrupaciones, compuestas por jóvenes estudiantes o profesionales, no sólo bailan por moda pasajera, sino que tras la danza hay un discurso por la historia y el reconocimiento de la herencia afrodescendiente en Chile.


FUENTES: 

" Y llegaron con cadenas"                   Alberto Díaz A y otros.
"  Oro Negro"                                      Gustavo Del Canto L.
"  Afrochilenos, una histroria oculta"   Marta Salgado H.
"  La abuela Julia Corvacho"              José Olivares C.
"  Yoni Olis L."                                     Entrevista radial programa Sentimiento Afro.
"  Archivo fotográfico "                        ONG ORO NEGRO.
"  Archivo prensa digitalizado"            ONG ORO NEGRO




4 comentarios:

  1. Porque se parece al afro peruano tiene muchos pasos pero en si se diria que es una copia mal practicada del afro peruano

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    1. el comentario mas ignorante que he leído jajajaja

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    2. Milton, nada es copia, pero no entendiste nada

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  2. Bien ignorantes comentarios. Arica formó parte de Perú hasta principios del siglo XX. Y por supuesto, la poblaciòn afro-ariqueña esta emparentada con la que habita la costa sur de Perú. Pero no es una "mala copia"; se trata de una raíz africana bastante bien conservada, incluso puede que este más conectada con la raíz bantú, que también es la base de las danzas del sur peruano.

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